Ya pensaba que no iba a escribir nada alegre sobre Formula Uno nunca más. Pero hoy 14 de marzo es de esos días que guardas en la memoria por ser un dí especial. Hoy comenzaba el campeonato de la Fórmula Uno en Bahrein, y todo hacía presagiar que los Red Bull, Ferrari, McLaren y Brawn iban a copar las primeras plazas. No había favoritos.
Pero siempre hay uno dentro de todos ellos que marca diferencias, y ese es Fernando Alonso. Como hizo Julio César, llegó, vió y venció (veni, vidi, vinci). Se montó en 'Il Caballino Rampante', y cerró bocas a más de uno, ya que tenía muchas ganas de vencer. Y ya lo dijo el sábado después de quedar tercero en la Q3. No había sentido en 2 años el sabor al champán, (y se refería con ello al sabor de la victoria), ya que en los dos últimos años en Renault se montó en el podio pero no supo saborearlo de la misma forma.
Alonso está contento, tiene un buen coche, y esa mezcla es pura dinamita. Ni Schumacher, ni Hamilton, ni nadie parece hacerle sombra. Sólo su compañero de escudería Felipe Massa, pero entre los dos hay un abismo muy, muy, muy grande.
El espectáculo no ha hecho nada más que comenzar. Este año, sea campeón o no Alonso, disfrutaremos de la Fórmula Uno.
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