jueves, 18 de marzo de 2010

Dos hombres que me han devuelto hoy la alegría

Venía hoy yo muy desanimado en el autobus de vuelta a mi casa, y nada escuchando la radio, Hora 25 en la Ser, dos historias me han sacado una sonrisa por una parte, y me han dado una 'hostia' sin mano por lo que representa. Dos hombres, dos vidas. No me pregunten por lo nombres, no me acuerdo. Sin embargo algo les hacía diferentes a nosotros. Los dos son ciegos. No por ello escuché la historia. Empiezo.

Uno de ellos perdió la visión total a los seis años. Como relataba, vio los colores, y las montañas de su pueblo, entre otras cosas, y dá las gracias por haber tenido tiempo para poder observar como son los objetos, o como era su madre, o su hermana, y sobre todo los colores. Piensa que se quedó sin ver muchas otras, pero esas hoy las puede sentir. No es el caso del ciego que se queda en casa pensando que su vida está destrozada, sino que se levanta de la cama todos los días pensando en que se puede superar.

Hoy trabaja en el ayuntamiento de su pueblo, en atención al público, y allí todo el mundo lo conoce. Parece raro que pueda ser útil para ese puesto, pero con lo que escuché hace su trabajo a las mil maravillas. Es cuasi dependiente, entra en Internet, tiene movil, hace lo mismo que cualquier persona, y como él dice "Si no me he ido de casa, es que como en casa no se vive en ningún lugar". Se siente alegre porque cuando termina de trabajar los viernes está desenado irse al bar del pueblo donde le esperan sus amigos para tomarse la primera 'caña' del fin de semana antes de comer. Le gustaría el día de mañana formar una familia, pero ni se lo plantea. Prefiere primero mantener su sonrisa de oreja a oreja, y los amigos que le quieren como un hermano. El futuro, que 'es muy tan grande como uno quiere' (palabras de él) dirá.

El segundo protagonista (ya más atento) si pude oir que vive en un pueblo cercano de Granada. Nació ciego. Y una de las preguntas que siempre se hace, y le pregunta a sus maestros de la ONCE es cómo son los colores. Uno de los cuidadores le decía a Angels Barceló que el que más le interesa es el rojo. En directo dijo nuestros segundo protagonista que la primera vez que escuchó la palabra de este color le trasmitió viveza, pasión y vida. ¿No es algo precioso escuchar eso de alguién que nunca ha podido ver?. Los maestros le intentan abstractamente explicar cómo es para que se puedan hacer una idea.

Su pasión es la batería, la cual aprendió a tocar a los siete años, y aunque tardó, finalmente la logró tocar. Todos los viernes queda con su grupo para tocar, y lo martes y los jueves da clase a niños para que mejoren su técnica. Y como buen andaluz toca su tambor también en Semana Santa sin perder el compás. Nunca pudo ver nada, pero habla de su imaginación como el recurso más ilimitado que tiene una persona. Para despedirse dijo que los mejores escritores serían los ciegos, ya que ellos tienen el mejor sentido para contar que sería lo bueno o lo malo. Quizas... puede tener hasta razón.

Dos vidas, dos modelos de superación. Dos formas de no caer, de levantarse ante los momentos duros. Muchos de nosotros deberíamos de aprender ante esta situación.

Que bonita lección...da muchas veces la vida

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