Después de lo vivido hoy en Moscú toca trabajar para no repetir los errores del pasado. Por estas fechas hace dos años el Sevilla vino de Turquía con un 3-2 que sabía a gloria porque el partido de vuelta en el Ramón Sánchez Pizjuan se podía ganar con holgura. Todos los aficionados al fútbol vieron que el Fenerbaçhe turco no era un rival para un Sevilla que había deslumbrado en toda Europa. El final ya sabe todos cual fue... confianza y eliminación en casa.
Hoy todo es diferente, el Sevilla tiene un hueco en el panorama del fútbol actual, no alumbra con su juego a nadie, ya que ha cambiado su forma de hacer fútbol. Ahora, se le denomina equipo 'resultadista' (que está mal dicho), y la verdad que dependiendo del rival (y de las ganas) juega de una manera o de otra.
Por ello, el club hispalense tiene una oportunidad de hierro para afianzar lo que tanto tiempo ha estado haciendo mucha gente en el club, y meterse en cuartos, que aunque nos toque un Inter o un Chelsea, lo importante es que se va a llenar las 'arcas' con un buen puñado de euros, que al fin y al cabo es lo que importa. Además haría historia, ya que ningún club andaluz, ni sevillano, se ha metido aún en cuartos de esa competición.
Quedan dos semanas de trabajos, de concentración, de poner intención, de no creer nada, de jugar de tú a tú al contrario, de no desmerecer estos más de 100 años de historia que tiene el Sevilla FC, y sobre todo de no volver a tropezar con las piedras del pasado. Si se va ganando 2-0 en el minuto 15, no dar el partido por resuelto, la eliminatoria no termina hasta el minuto 180.
Hay tiempo para concienciarse, hay tiempo para volver a ilusionar a una ciudad... es tiempo de fútbol
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