miércoles, 15 de julio de 2009

Otra manera de ver la Guerra


Desde que el cine existe se han producido muchas películas que han hablado de las diferentes guerras que han acaecido en las diferentes partes del mundo. Lo normal ha sido ver muchos disparos, mucha acción, algunos muertos que otros, pero casi todas sin argumentos y sin un trasfondo, o alguna ‘moraleja’ que diga algo.

Ayer tuve la oportunidad de ver las “Flores de Harrison”, una película que se puede considerar bélica, pero sólo por el contexto en el que se engloba, la Guerra de los Balcanes de principios de los pasados noventas del siglo pasado. Narra como es la vida de un fotógrafo que está inmerso en una guerra, lo que se puede llegar a vivir y a sentir en ese ambiente, y sobre todo lo que sienten las personas más cercanas de estos profesionales.

La película, que no es americana sino francesa (eso tiene mucho que decir por ser diferente), no tiene un personaje principal que de forma heroica consigue sus objetivos, sino que es el personaje principal el que se mantiene en una especie de ‘stand - by’ (o letargo) que produce la intriga en la película.

Las dos horas de filme, cuentan como la Guerra trata a todos por igual, y como puede llegar a ser de cruel un conflicto como este. Osijek, Zagreb o Vukovar son algunos de los enclaves de la antigua Yugoslavia que toman parte en Las Flores de Harrison. Hay dos aspectos que quiero destacar por encima de todo. Uno de ellos es la fotografía. El director ha sabido en todo momento poner en tensión al espectador utilizando planos – secuencias en muchas partes de la película, además de utilizar un ritmo de narración lento, que se convulsionaba (con un giro de 180º) cuando se producía algún tipo de escaramuza entre los serbios y los croatas. Los espacios en los que se filman los planos son también sobrecogedores. Los claros-oscuros son utilizados para dar una visión trágica, típica de la guerra. La falta de luz, da una sensación de miedo, y el siempre visible humo de explosiones muestra la soledad infinita de una guerra.

El otro aspecto a destacar es la realidad mostrada (la crueldad sobre todo). Sin llegar a ser declarada una película que roce el esperpento y lo desagradable en Las Flores de Harrison la muerte se ve, y cuando no se enseña, es tan claro lo que va a ocurrir que no hace falta incurrir en nada más. Cadáveres de croatas y serbios, unos hacinados en fosas comunes, otros desperdigados en las carreteras del país; mujeres mutiladas, con signos de haber sido violadas; disparos entre los periodistas (murieron 45 reporteros durante el conflicto), llanto, muerte y soledad. Otra de las particularidades de la película que la hacen muy real, es que los propios combatientes (serbios y croatas), hablan su lengua madre y no entienden el inglés americano de los protagonistas. Por lo que se muestra las dificultades que se dan en una guerra.

Es sin duda una de las películas de guerra que más me ha impresionado y que más me ha llamado la atención. Ni la Delgada Línea Roja, ni Salvar al Soldado Ryan, ni siquiera Patton, ha llegado a ser tan realista.

Como anécdota (desagradable) pero que los mismos fotógrafos reflejan cuando están en Vukovar, es como una mujer, que es violada por un serbio (siendo ella croata), aparece en el campo visual de los fotógrafos portando en el cuello un cartel que pone “Llevo dentro un hijo que es de un serbio”.

En resumen en esta película se muestran como unos fotógrafos muestran al mundo las humillaciones que se produjeron durante la Guerra de Yugoslavia. En muchas partes de la película se dice, y se muestra, como hay personas que les dicen a estos reporteros que no se preocupen por los demás, que hagan fotos, y que muestren al mundo que es lo que verdaderamente ha pasado.

Yugoslavia, como otros países, han sido campos no solo de batalla, sino de atrocidades, de incumplimientos de los derechos humanos y de crueldad máxima. Nunca, y cuando digo nunca es nunca, nadie se ha podido imaginar lo que se puede ver en una guerra. Aunque esta película sea muy realista, no muestra ni la décima parte de lo que ocurre en realidad.

Termino diciendo una frase que lo resume todo; “Hay dos tipos de personas en el mundo, las que han estado en una guerra y las que no, la diferencia en el posterior día a día es abismal” (Lloyd Harrison, Reportero de Guerra).

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